Huye de las dietas restrictivas o milagrosas que lo único que van a lograr es agriarte el carácter, hacerte pasar hambre e impedir que disfrutes de la comida.
Todo esto, solo para perder unos kilos de forma efímera. Kilos que, una vez termine el suplicio de la dieta, no vas a tardar en recuperar, debido al efecto yo-yo que hará que aumentes de paso algún kilo más.
¿Cómo perder peso?
Lo más práctico es modificar poco a poco tus hábitos alimentarios, para poder adelgazar progresivamente sin tener que ponerte a dieta.
Te parecerá que pierdes peso muy lentamente y eso es precisamente lo que necesitas. Es mejor perder dos kilos en un mes a perder diez y recuperar rápidamente ocho.
Comiendo unas 270 calorías menos al día, se puede eliminar hasta un kilo de grasa en relativamente poco tiempo.
¿Cómo lograrlo?
Pues simplemente aprendiendo a comer sano, respetando tu reloj biológico y haciendo un poco de ejercicio: es imprescindible caminar 30 minutos cada día a paso rápido o subir y bajar escaleras durante 15 minutos, para ayudar a tu cuerpo a eliminar la grasa que le sobra.
Evita comer por comer
Es cierto que un exceso de grasas y azúcares en la dieta, además de no ser saludables, engordan.
Sin embargo, no es menos cierto que tendemos a comer más de la cuenta, muchas veces por costumbre.
No necesitas dejar el plato reluciente, ni tomar postre aunque comas en restaurante. Pide un té blanco en lugar de un pastel y notarás la diferencia.
Hay que saber dejar de comer cuando ya no tienes hambre. No te levantes nunca de la mesa con sensación de saciedad.
Lo primero que vas a lograr es tener una digestión pesada, lo segundo: almacenar grasa que no necesitas.
Escoge alimentos saludables
Debes aprender a reconocer los alimentos con más calorías y reducir su consumo, lo cual no quiere decir que los elimines totalmente.
Este es un punto importante a tener en cuenta, todo lo que suene a restricción en tu cerebro acabará por crearte angustia y sentimientos de culpa, cuando en algún momento sucumbas a la tentación y acabes por comer algún alimento del que habías decidido privarte.
Opta por comer pequeñas porciones y repártelas en cinco tomas diarias, de esta forma evitarás lanzarte compulsivamente hacia la comida.
Introduce verdura y fruta en tu dieta, prefiere las carnes blancas a las rojas. Si te gusta, come un buen bistec o una buena chuleta de ternera, pero solamente una vez por semana.
Añade pescado azul a tu dieta diaria, para disfrutar de sus múltiples beneficios.
Lo importante es la variedad y la cantidad. Prémiate con pequeños caprichos pero no pierdas de vista tu objetivo: perder peso.
Lee también: Tips para adelgazar después de los 50
Duerme bien
Dormir las horas necesarias y dormir bien es imprescindible para mantener un ritmo de vida sano.
Cuantas menos horas duermas más Grelina vas a producir.
Se trata de una hormona que regula el apetito y que nuestro cuerpo produce en gran cantidad cuando estamos faltos de sueño.
Ya te habrás dado cuenta de que para evitar la fatiga de una mala noche, te lanzas a comer lo primero que encuentras, generalmente algo dulce. Pues ahí tienes la razón que lo motiva.
Toma una tisana relajante una hora antes de acostarte, no tengas televisión ni computadora en tu cuarto, lee un libro en papel y no electrónico.
Cambia tus hábitos y duerme por lo menos siete horas seguidas, verás como al día siguiente no solo tienes más energía estás de mejor humor, también tu relación con la comida va a mejorar.
Controla tus emociones
Estrés, ansiedad, enfado, desengaño amoroso, todo esto afecta nuestros hábitos alimentarios.
Hay que minimizarlos en lo posible para no encontrarte atracando el frigorífico o la máquina de snacks.
Todo es relativo y todo resulta susceptible de poder solucionarse. Respira hondo y tómate unos momentos de relajación cada vez que sientas que una situación te resulte opresiva.
Si a pesar de todo un día no puedes resistirte y buscas en un momento puntual ahogar tus penas comiendo, asúmelo y no te sientas culpable y evita el estrés que esa emoción va a crearte, porque esto te llevará a seguir comiendo en exceso.
Relájate y retoma tus buenos hábitos alimentarios al día siguiente, sin sentir culpabilidad.
Leave a Reply