El miedo a reinventarte siempre está, el desafío es que no te detenga. Y hacer algo por primera vez asusta a cualquiera.
Hay ciertas cosas que, con el paso de los años, pueden generar más temor. Qué eso es para los que tienen 20, que si no lo hice nunca para qué hacerlo ahora, que ya pasó mi tren.
Nada de eso.
Aquí te recomiendo cinco experiencias que no tienen edad y que nunca es tarde para iniciarlas.
Comenzar tu propio emprendimiento
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Todos sabemos hacer algo. Todos somos buenos en algo. A veces es un oficio aprendido con los años, otras es el conocimiento adquirido en la universidad.
Pero la pregunta es: ¿qué te apasiona? Hacia allí debes mirar y pensar qué necesidad de los otros podrías satisfacer con tu propia empresa.
El emprendimiento, sea una página web, un servicio de catering o diseño de ropa, no distingue edades.
Muchas mujeres inician su propio negocio pasados los 50. ¿Por qué no? Piensa, planea, investiga.
Y aunque ser tu propio jefe implica trabajar duro, lo que ganas es enorme: haces lo que te gusta con libertad.
Hacer ejercicio
Si JAMÁS en tu vida has hecho mayor ejercicio que caminar o tu último recuerdo del deporte es del colegio, no dejes que eso te detenga.
Mover el cuerpo no es algo que se puede hacer… ¡es algo que conviene hacer!
No importa si sientes que tu flexibilidad es pésima o que subes diez escalones y te cansas, para eso está la gimnasia, ¡para mejorar!
¿Beneficios del ejercicio físico? Mejora el ánimo, controla el peso, fortalece músculos y huesos, ayuda a la salud cardiovascular, previene caídas, reduce el estrés y contribuye a dormir mejor. ¿Te convencí?
Asistir a la universidad
Dicen que la mejor inversión es la que se hace en uno mismo.
Y aunque se asocie la universidad con jóvenes en sus 20, lo cierto es que muchas personas que los duplican en edad se atreven a estudiar una carrera profesional.
Y doy fe: cuando era estudiante, tuve compañeras de hasta 70 años.
También los cursos cortos son una gran idea para adquirir conocimiento, de paso socializas y mantienes la mente activa.
Aprender un idioma
¿Por qué aprender francés a los 50? ¿Por qué no? Te comparto otra experiencia personal: actualmente estudio inglés y me animo a decirte que el 80% de los alumnos han pasado los 50, incluso los 60.
Saber un idioma es una poderosa herramienta laboral y de gran ayuda al viajar, pero incluso como hobby tiene sus beneficios: conoces nuevas personas y entrenas tu memoria.
Viajar sola
Algunas mujeres han viajado solas muchas veces, pero tantas otras no. Padres, amigos, marido, hijos… todas son experiencias maravillosas y diferentes. Viajar en solitario también lo es.
No tienes que irte a la otra punta del mundo, a veces alcanza con hacer un viaje a una ciudad cercana y conocerla tú con tu alma. Créeme que es una situación distinta a todo y que te enriquecerá.
Y si por ahora solo puedes viajar virtualmente debido a la pandemia, recuerda que no necesariamente hay que desplazarse fisicamente. Se puede hacer espiritualmente mediante la meditación.
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