El miedo a sufrir una caída parece ser directamente proporcional a la edad.
Con el paso de las décadas, la sola idea de resbalarse o tropezarse empieza a sonar un tanto dramática.
A cualquier edad una caída puede tener consecuencias graves, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma que a mayor edad, mayor es el riesgo de sufrir una caída.
En Estados Unidos, se estima que entre el 20% y el 30% de las personas mayores que se caen, tienen como consecuencia lesiones moderadas o graves.
Aquí compartimos contigo algunos consejos para reducir el riesgo de sufrir una caída y poder moverte con más seguridad.
Realizar chequeos médicos
Tener problemas en la vista puede ser motivo de tropiezos y caídas, así que asegúrate de visitar regularmente al oftalmólogo.
Ciertos medicamentos también pueden aumentar el riesgo de caídas, entre ellos los relajantes musculares y las pastillas para dormir, por lo que es buena idea que consultes con tu médico si sientes que tu estabilidad está siendo afectada.
Algunas patologías pueden afectar el equilibrio, como los problemas de oído y la baja presión arterial.
También es importante que tu médico controle cómo están tus huesos, ya que a partir de los 50, la osteopenia y osteoporosis (fragilidad en los huesos) es más frecuente y puede hacer que una caída derive en fractura.
Revisar el hogar
Conviene chequear si hay algo que entorpezca el paso, haga tropezar o resbalarse, como pequeñas alfombras, cables o alguna madera suelta.
No enceres de más: queremos pisos brillantes, pero no resbaladizos. ¿Son seguras tus escaleras?
Lo ideal, para todos y a cualquier edad, es que tengan baranda para poder agarrarte y bajar con paso firme.
También procura tener luces a mano por si te levantas de noche.
Y no olvides la seguridad en el baño: secar bien el piso después de bañarte, usar una alfombra antideslizante en la ducha, tener de donde agarrarte y, si puedes, que la bañera sea de fácil acceso.
s una de las zonas del hogar más resbaladizas del hogar y la humedad no ayuda.
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Tener precaución en la calle
No recuerdo cosa más resbaladiza que la nieve, así que si donde vives suele nevar, ten especial cuidado con dónde pisas y qué calzado usas.
Aunque suene simple, es bueno recordar que hay que mirar la acera para evitar pozos, desniveles e incluso una baldosa traicionera.
Si usas transporte público, procura no correr y mira bien cuando subes y bajas de un bus o del metro.
Usar calzado seguro
No pienses que con esto me refiero a que botes tus tacones.
Calzado seguro significa firme, que te agarre bien el pie y que no sientas que te resbalas, que te genera inestabilidad o que tu pie se podría doblar.
Aunque está claro que un tacón bajo es más seguro que uno de 10 cm.
Hacer ejercicio
Entre los tantos beneficios de mover el cuerpo, está el de ayudar a evitar caídas.
El ejercicio físico ayuda a fortalecer los músculos y mantener el equilibrio. El yoga y el tai chi son dos de las disciplinas más recomendadas para prevenir caídas.
También hay pequeños ejercicios y movimientos que puedes incorporar a tu rutina diaria para mejorar tu equilibrio.
Uno de ellos consiste en levantarte del sofá sin usar los brazos.
Si quieres practicar, intenta sentarte derecho en una silla con los brazos cruzados, luego te pones de pie y te vuelves a sentar enseguida.
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