Nos maquillamos el rostro, nos ponemos cremas y mascarillas faciales… y tan cerca pero tan lejos queda olvidado el escote.
Casi tan esquivado como el cuello, el escote no es de esas zonas a las que le dediquemos grandes cuidados estéticos.
Es cierto también que no suele estar tan expuesto como el rostro, pero con el paso de los años la piel del escote tiende a perder firmeza y también empiezan a notarse allí los signos de la edad.
Por eso, vamos a reivindicar el escote y ocuparnos de él.
Usa protector solar
Si vas a la playa o en tu día a día llevas vestidos o prendas que dejen el escote al descubierto, es importante que te coloques protector solar.
La piel de esta zona es delicada y los efectos del sol repercuten más que en otras partes del cuerpo. ¿Escote expuesto al sol? Protección solar sí o sí.
Esto protegerá a tu piel de los rayos UV, reduciendo la posibilidad de aparición de manchas y el envejecimiento prematuro.
Ponte cremas hidratantes
Una piel bien humectada es una piel radiante. Por eso, cuando te pongas crema, no te olvides del escote.
Aunque no hayas comenzado con esta rutina años atrás, hacerlo ahora es mejor que dejarse estar. También puedes sumar una crema antiedad reafirmante.
Te aplicas la hidratante por las mañanas y la antiedad por las noches.
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Exfóliate el escote
Para que las cremas hidratantes penetren bien en la piel y maximicen su efecto, lo ideal es hacer una o dos veces por mes una exfoliación que quite las células muertas de la zona.
Debe ser algo suave, ya que la piel del pecho es delicada.
Una receta simple y económica que puedes hacer en casa consiste en mezclar una taza de azúcar blanca con media taza de aceite de oliva o girasol.
Una vez que estén bien integrados, aplicas la preparación en el escote con movimientos suaves y circulares (sirve para todo el cuerpo, excepto el rostro).
Lo ideal es hacer la exfoliación después de una ducha, así los poros están más dilatados. Te enjuagas bien y ¡listo!
Usa mascarillas
Las mascarillas de belleza parecen ser exclusivamente para el rostro.
En realidad, si se trata de productos naturales para mejorar el aspecto de la piel, no suele haber mayor inconveniente en extender su aplicación al cuello y el escote.
Por ejemplo, para tensar la piel puedes realizar una mascarilla de huevo. La consigues batiendo una clara hasta que esté espumosa y a eso le agregas apenas un poquito de jugo de limón.
La aplicas y la dejas actuar durante 10 minutos, sin moverte, y la retiras con agua tibia. Te dará un efecto tensor.
Haz ejercicios pectorales
Hacer ejercicios para los pectorales no aumenta ni disminuye el tamaño del busto, pero si contribuye a que los senos se mantengan en su sitio y no cedan tanto a los efectos de la gravedad.
Hay muchas variantes de ejercicios pectorales que tonifican, así que aquí te daré uno bien sencillo, que puedes hacer en casi cualquier lado y sin sufrir.
Sentada derecha, apoya las puntas de tus dedos sobre tus hombros (con las manos flexionadas a 90 grados) y trata de unir los codos, abre (inhalando) y cierra (exhalando).
¡Suena simple pero se siente! Puedes repetir el movimiento unas 20 veces, según te sientas cómoda.
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