El paso de los años hace que nuestra vista sufra cambios. Aunque siempre hayas gozado de una visión perfecta, llegará un momento en el que necesitarás lentes para leer.
De hecho, tu vista podría cambiar al punto de necesitar usar lentes para todo. Por otro lado, si has sido miope toda tu vida, quizás te des cuenta que también necesitas ayuda para ver de cerca y a media distancia.
Años atrás, esto significaba tener que usar lentes bifocales. Incluso por mucho tiempo, los bifocales y los trifocales se asociaban con la vejez.
Afortunadamente hoy en día tienes otras opciones, y con esto me refiero a las lentes progresivas.
Este tipo de lentes te permite ver de cerca y de lejos y también a distancias entre ambas, sin que haya una línea divisoria entre cada graduación.
Es una estupenda innovación, pero como se ve distinto en cada una de las zonas de la lente (arriba, al centro y abajo), puede costar un poco acostumbrarse a ellas.
Aquí comparto contigo cuatro tips que te ayudarán a adaptarte:
1.- No te las quites
Si con las nuevos lentes te sientes desorientado, puedes caer en la tentación de usar tus antiguos lentes. Resiste la tentación de hacer esto.
Cuanto más utilices tus lentes progresivas, más rápido te acostumbrarás a ellas. Usarlas de a ratos no te ayudará.
Recuerda: la práctica hace al maestro.
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2.- No muevas solo tus ojos
Mover tus ojos todo el tiempo de una parte del lente a la otra te causará cansancio en la vista, lo que puede derivar en dolores de cabeza y malestar.
Además, no estarás mirando a través de la graduación correcta.
Intenta acostumbrarte a mover toda la cabeza, en especial cuando miras a lo lejos y a media distancia.
Para ver de cerca, tendrás que bajar tu mirada para leer a través de la graduación que está en la parte inferior de la lente.
3.- Coloca tus lentes en la posición correcta
Como con cualquier par de lentes, colocarlas en la posición correcta puede marcar la diferencia respecto a qué tan cómodo los sientes y qué tan bien ves, en especial cuando recién estás empezando a usarlos.
Asegúrate de mantener los anteojos encima del puente nasal y cerca de tus ojos.
Si tienes inconvenientes con la ubicación de cada graduación en la lente, consulta con tu oculista o tu óptico y pídele que te rehagan las lentes progresivas.
4.- Ten paciencia
Si pones esfuerzo y dedicación en intentar adaptarte a tus nuevas lentes, entrenarás el cerebro para que se acostumbre a mirar a través de las distintas graduaciones y, a la larga, se convertirá en hábito.
Puede que te tome algunas semanas, pero lo lograrás.
Verás cuánto más fácil y cómodo es usar lentes progresivas en lugar de ir por ahí con dos pares de anteojos.
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