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Que estamos viviendo una brecha generacional tremenda con nuestros hijos es cierto, todo avanza a un ritmo de locos, sobre todo en aspectos sociales y tecnológicos.
Pero si te pones a ver un poco más allá, simplemente a la época en que tu abuela tenía 40 años, más o menos, el abismo es infranqueable.
Imagina que tu abuela se durmiera a esa edad, como la Bella Durmiente, y se despertara ahora…
La tele
Vamos a suponer que ella llegó a ver el milagro de la televisión en blanco y negro.
Aquellas cajas compactas y regordetas con dos o tres botones que tardaban un horror en calentarse y por las que salían personajes archiconocidos para los privilegiados que poseían el electrodoméstico.
Imagínate tener que explicarle que, sí, ese cuadro pegado a la pared sin botones visibles y con imagen súper nítida (mejor de lo que ella ve con gafas), es una tele.
Por lo menos tardarías dos semanas en hacerle entender el control a distancia… ni hablar de Netflix.
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Las relaciones
¡Uhmfff! Cuando la abuela tenía 40 años, comenzaba, de alguna manera, la puja de la mujer por sus derechos.
Derechos de reproducción con la pastilla anticonceptiva, derechos políticos (en la lucha estamos, pero vamos bien), derechos laborales, derechos al matrimonio igualitario, etc., etc., etc.
Imagina a la abuela entendiendo que las mujeres ya no necesitan a los hombres para subsistir, que llegamos muy alto en la escala laboral y que preferimos una carrera pujante a tener hijos pronto en la vida.
Además ya no está mal visto tatuarse, abuela, ni elegir el compañero sexual que se te antoje.
Una vez recuperada de la impresión, tocaría hablarle de los juguetes sexuales súper elegantes y cool, y algunas otras cosillas que ella ya sabía… ¡pero no se decían en voz alta!
La familia
Abuela, se acabó lo de la familia tipo con papá, mamá y dos hijos. Ahora las familias son de todos los tamaños, colores y formas.
Familia tradicional (que hoy tiene solo un hijo, no dos), familia ensamblada, familia monoparental, familia con padres homosexuales, familias con tres progenitores, familias multirraciales… ¿se me olvida alguna?
Ya no se casa una para toda la vida, abu, ni los hijos están ansiosos por dejar el hogar para salir a vivir su vida.
Más bien se quedan hasta los 30 y hay que empujarlos fuera del nido cuando ya vas en tu tercer marido… (Si es que te casas, claro).
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Los Smartphones, las consolas de juegos, la tecnología en general
No entendería nada, la abuela.
¿Cómo es que el teléfono se ha vuelto una cosa tan pequeña y plana y todo el mundo depende de ello?
¿Cómo es que el teléfono casi no se usa para hablar pero, si se pierde, el dueño pierde la cabeza?
¿Dónde demonios están los agujeritos para marcar y qué son esas cosas que tocas y se corren de lugar todo el tiempo?
¿Ver a la persona con la que hablas desde tu teléfono? ¡Malas artes!
A la abuela toda la tecnología de la última década la dejaría pasmada, demasiado para tan poco tiempo.
El envejecimiento
Eso sí que a la abuela le encantaría. Los nuevos 50 son los 40 de antes, o los 25 de su tiempo.
A los 50, las mujeres están pariendo, se mantienen súper hermosas, trabajan, disfrutan del sexo y se animan a todo.
Las cirugías estéticas y los avances en la medicina y en los productos de belleza han dado saltos cualitativamente increíbles desde el agua y el jabón y la crema hidratante Nivea, como mucho.
Eso pensando por encima mientras recuerdo a mi abuela, pero seguro que se te ocurren varias cosas más que la sorprenderían.
¡Únete a mí en el recuerdo! ¿Qué es eso que tanto cambió desde que eras niña pequeña?
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