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Desde la juventud, exfoliar la piel cada cierto tiempo es una rutina de belleza que permite que lucir un rostro más luminoso.
Con los cambios hormonales de la menopausia, la exfoliación pasa a ser fundamental.
¿Por qué hay que exfoliar la piel?
Con el paso de los años, las células muertas se desprenden con menos facilidad, entonces tenemos que ayudar a que esto suceda con una rutina de exfoliación.
Quitar estas células muertas ayuda a renovar la piel, limpiar los poros y oxigenar.
Pero siempre con cuidado porque en esta etapa, la piel se vuelve más fina y hay que tratarla con delicadeza.
Además de los productos que puedes encontrar en el mercado para exfoliar la piel, aquí compartiré contigo algunos que puedes hacer en casa con cosas que seguro tienes en la alacena y son fáciles de conseguir.
Y de paso, unos consejos para que todo salga perfecto.
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Haz una prueba antes de empezar
Cada piel tiene sus características. Si sabes que la tuya es especialmente delicada, antes de colocarte el exfoliante en el rostro, pon un poco en tu mano para ver cómo reacciona.
Bicarbonato de sodio
Pon una cucharada de bicarbonato en la palma de tu mano y agrégale un poco de agua hasta que forme una pasta.
Pásala por tu rostro con mucha delicadeza, sin raspar, porque la intención es quitar solo las células muertas y nada más. Te enjuagas ¡y listo!
Es fácil y económico. Lo puedes hacer cada noche pero siempre con masajes suaves.
Miel, azúcar y avena
Estos tres ingredientes se pueden combinar de distintas formas para obtener una mezcla natural para exfoliar la piel.
La idea es tener un elemento untuoso y otro arenoso que genere una suave fricción para quitar las células muertas.
Algunas opciones son: miel con azúcar; miel con avena; o miel, aceite de oliva y azúcar.
Cualquiera sea la mezcla elegida, coloca los ingredientes en un pequeño recipiente, mézclalo bien hasta formar una pasta blanda y realiza masajes suaves sobre la piel durante aproximadamente un minuto y luego enjuagas.
Hidrata la piel
Luego de realizarte la exfoliación es fundamental colocarte crema hidratante.
Una opción es el Pantenol que tiene un gran poder de humectación, es antiinflamatorio y es uno de los productos favoritos post-exfoliación.
Máscara tensora
Con la piel limpia y los poros libres de impurezas, es un buen momento para colocarte una mascarilla tensora, ya que tendrá más capacidad de penetración.
La puedes hacer batiendo una clara de huevo con un poco de miel y limón. La extiendes en tu rostro y la dejas unos 15 minutos, tras lo cual la retiras con agua fría.
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