Cómo y por qué hablar de la menopausia

Hablar de la menopausia no debería ser tabú. De hecho voy a decirles por qué creo que quienes la atravesamos tenemos el deber de hablar abiertamente de lo que nos pasa.

Al igual que es mejor recibir la primera menstruación bien informadas, o saber qué cabe esperar durante el embarazo y el parto, es bien importante saber todo lo posible acerca de la menopausia – antes de que llegue.

He observado una diferencia enorme entre cómo mis hijas adolescentes abordan su menstruación – con toda naturalidad – y cómo lo hice yo a su misma edad – con vergüenza y temor.

La clave está en que está mucho mejor informada que yo y hablamos del tema normalmente.

Con el embarazo hoy en día pasa algo parecido. Cuando estaba embarazada no me era difícil encontrar otras mujeres con quienes comentar síntomas y preocupaciones.

Desde el mal olor corporal hasta los gases pasando por los cambios de humor repentinos. Aunque claro, el embarazo – aunque tiene sus dolencias – trae como recompensa un bebé y es una época emocionante.

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Por qué pocas mujeres hablan de su menopausia

La menopausia es un recordatorio de que se terminó nuestra época fértil y que comienza el camino hacia la tercera edad.

Quizá por eso, a menos de que se trate de una amiga muy íntima, pocas mujeres parecen iniciar una conversación acerca de la menopausia.

Y esto, aunque claramente por edad seguramente la estén pasando.

Además resulta que muchas mujeres no comentan nada de esto con su pareja. Esto me parece algo insólito, ya que a mi esposo le doy todo lujo de detalles de mis mareos, sofocos y cambios de humor.

Más que nada para que sepa de qué humor estoy y no le pille de sorpresa. Incluso se lo comenté a mi padre – sí, a mi padre – que me dijo que él ni sabía si su mujer había pasado la menopausia.

Supone que sí, claro. Bueno, pues esto me dejó bien preocupada, porque esto significa que la mayoría ¡lo sufre en silencio! Y sin tener por qué, realmente.

Hablar de mi menopausia me ayudó a encontrar tratamiento

Si no compartimos lo que nos pasa en la menopausia, mal vamos a encontrarle solución. Hablar de ello ¡ayuda!

Después de indagar un poco acerca de mis propios síntomas, comentarlos en público, y conversar con mis amigas, fui al médico.

Me ofreció terapia de reemplazo hormonal. Después de que me explicara los pros y contras, me animé a probarlo.

Y señoras, tres días después de empezar el tratamiento, los sofocos desaparecieron, así como la ansiedad, los cambios bruscos de humor y el vértigo.

La menopausia sigue inexorable, pero yo me siento mucho mejor, qué quieren que les diga. Y si no se lo cuento, ustedes no lo van a saber.

Y la verdad es que no me da ningún reparo admitir que estoy atravesando esta fase de cambios hormonales. Es algo de lo más normal, y no soy la primera ni seré la última en pasar por esto.

Es nuestro deber hablar de la menopausia

En fin, pues paso a decirles por qué pienso que tenemos no sólo el derecho sino el deber de hablar abiertamente de la menopausia:

• Si callamos, seguiremos propiciando este tabú y nuestras hijas y nietas tendrán miedo de alcanzar esta inevitable etapa de la vida.
  
  Hablemos por el bien de nuestras congéneres pero también en beneficio de las más jóvenes.
  
  Incluso mis hijas de 13 y 10 años saben que mamá hace varios meses que no tiene el período y por qué es. La mayor me dice que ¡qué suerte tengo!

• Si no hablamos de ello, muchas mujeres de nuestra misma edad pensarán que son las únicas que tienen mareos, dolor de huesos, depresión, falta de apetito sexual…
  
  Y quizá consultarán al médico equivocado que las tratará por los síntomas y no la causa, que es … la menopausia.

• Si no compartimos nuestra experiencia, alimentaremos la idea de que pasar por la menopausia es algo de lo que avergonzarse. Y ¿por qué hay que avergonzarse?
  
  Es como cualquier otra etapa de la vida. A las mujeres nos hace bien hablar de nuestras experiencias y compartir soluciones. Hagámoslo.

• Si lo sufrimos en silencio, nunca permitiremos que los hombres sepan lo que nos pasa y por qué nos pasa.
  
  Cuando aviso a mi esposo de que me siento nerviosa o hinchada o mareada, ya sabe que mi actitud no es por algo que dijo o hizo y sabe cómo reaccionar.
  
  Y yo me siento acompañada y apoyada por él en esta nueva etapa de mi vida.

Bueno, ¿qué me dicen? Y esto no es sobre si ustedes toman, tomaron o tomarán terapia hormonal, sino simplemente compartir lo que les pasa y buscar la mejor solución para cada una.

Se trata de iniciar una conversación sobre … la menopausia.

Lee más acerca de esto en mi libro Tu Mejor Edad para tener una vida extraordinaria de la editorial HarperCollins.