Aprender a darte un respiro puede salvarte la vida

La importancia de tomarse un respiro

En la era de lo globalizado, en el tiempo de lo instantáneo, de lo fugaz, de lo efímero.

En estos días de lo planetario, ahora que somos capaces de viajar a los confines del universo y de conocer cualquier dato sin más herramienta que las pantallas de nuestros ordenadores o nuestros smartphones.

En esta época de la sobreconectividad y la hipercomunicación, a veces nos detenemos y tomamos aire.

Es imprescindible. Es casi una obligación moral.

Sin perspectiva no hay crecimiento

Corremos, manejamos, gestionamos. Vivimos a velocidades de vértigo si nos comparamos con nuestros mayores y en espirales de actividad imposibles de imaginar para nuestros ancestros.

Suplimos las carencias con complejos vitamínicos, con suplementos alimenticios o con amores superficiales. Compramos, gastamos, consumimos.

Transitamos con frenesí las redes sociales, aprovechamos cada segundo de nuestro día a día y hacemos de la optimización nuestra bandera.

A veces, parece que sobrevivimos, más que vivir.

Detenerse, tomar conciencia del ahora, sentir lo básico de nuestro ser, como un dolor, una idea o un instante, ser protagonistas de cada segundo en el que nuestro organismo sigue vivo.

No hay otra fórmula.

Lee también: Practicar yoga a los 50 y tantos

La importancia de tomarse un respiro

Darse un respiro

Si no hacemos stop de cuando en cuando, nos convertiremos en meros títeres de nuestra propia agenda, en simples activistas, en hacedores.

Si no detenemos la marcha, sucumbiremos al vértigo. Si no tomamos distancia con las acciones, éstas terminarán por no tener alma.

Yo lo hago y doy fe de que me va bien.

La gente, con frecuencia, me pregunta cómo soy capaz de mantener mi alto nivel de energía, y yo les digo que no hay trucos: alimentación equilibrada y no abundante, deporte con asiduidad, descanso suficiente… y, sobre todo, buenas dosis de autocomplacencia.

Soy benévolo conmigo mismo, me sorprendo gratamente, me regalo instantes para mí. En definitiva, paro, respiro, agarro oxígeno y tomo perspectiva.

Solo desde la perspectiva podemos encarar los retos, ilusionarnos con los proyectos, sortear las dificultades y aprender de los errores.

Para eso no hace falta un elevado control del yoga ni hacer sofisticados viajes a Nepal.

Basta con encontrar aquello que nos hace saborear las maravillas de la vida: una charla sin reloj, una copa de vino, una tarde de lectura, un paseo improvisado, una sesión de estiramientos, un rato cocinando amablemente, una cuartilla escrita, un repaso al álbum de fotos…

Cualquier pretexto es bueno para hacer un alto y ser consciente de lo que somos y de dónde estamos.

¿Y tú? ¿Sabes concederte un stop?

No importa lo que pase en la vida siempre tenemos que encontrar tiempo para #meditar y para la #relajacion
Mikel Alvira

Mikel Alvira es novelista, guionista y poeta. Escritor sobre cualquier formato que le inspire a crear, ha publicado varios best sellers y es habitual que sorprenda a su público con manifestaciones escénicas, plásticas o audiovisuales. Sus letras abordan siempre las relaciones personales, las emociones y las pasiones humanas.

Be first to comment

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.